viernes, 11 de mayo de 2012

La Tregua

Bueno, disculpen que no les contamos cómo nos fue el martes y días subsiguientes al castigo, pero tuvimos una semana un poco agitada, en particular quien les escribe (mumi) porque no me estuve sintiendo muy bien. 

Retomando el asunto del castigo que iba a tener More por seguir haciendo berrinche a la entrada del jardín, ese martes - en el que escribí el último post- fue a buscarla el papá (habitualmente va la mamá) que se había quedado bastante enojado. 

Desde la salida el papá le dijo que estaba castigada por sus berrinches antes de entrar al jardín, con lo cual no se pudo quedar jugando en los jueguitos de afuera del patio del jardín como le gusta hacer. Según le explicó el padre antes de ir jardín y luego de no haber obedecido, el castigo consistía en sentarse en la sillita hasta que pidiera perdón y dijera que se iba a portar bien. Esta vez parece que algo le provocó el reto porque, según cuenta el padre, ya en el auto había pedido perdón. Sin embargo, la cosa no era tan sencilla...

Entraron a casa y More traía una cara de lamento y tristeza sincera. Se sentó en la sillita y el papá le puso en frente una mesita con una tostada y agua. La escena era triste. Todos lo estábamos. Más o menos a los veinte minutos (que para nosotros fueron una eternidad) llamó a su mamá y le pidió perdón y le dijo que mañana se iba a portar bien.

¡Volvió la alegría al hogar! Rápidamente fue a congraciarse con su padre, amorosa, súper sonriente y encantadora volvió a metérselo en el bolsillo. Todos nos acostamos felices pero conscientes de lo efímero que aquello podía ser: sólo había que esperar la entrada al jardín al otro día...

Si bien a la mañana siguiente estuvo de muy buen humor, siguiendo por todos lados y hablándole sin parar a la sra. Clara (quien nos ayuda con la limpieza y orden del hogar) y contándole que si se portaba mal iba a la sillita, la historia volvió a repetirse. Se puso a llorar cuando entró. El papá le dijo que estaba bien que llorara si estaba triste pero que no debía tirarse al piso ni hacer berrinche, pero cuando vio a la maestra en la puerta del aula, zaz! al piso y escandalete. 

Al volver el papá a casa contó lo corrido y dispuso para después del jardín sillita hasta que él dijera que podía levantarse (sorprende a más de uno el Sr. Poton, no?!). 

Con toda la angustia que la situación produce, la mamá fue a buscarla a la salida pero antes, siguiendo la sabiduría de San Benito ("ora et labora", o en criollo: "rezando y con el mazo dando")  pasó por la Iglesia del colegio a rogarle a Santa Teresita que la ayudara a More y a nosotros, sus papás, a llevar adelante este momento emocionalmente intenso y complejo.

Cuando la maestra me vio me la trajo, como suelen hacer, y frente a ella me dijo que More se había portado excelente, que había pasado a la bandera y que la re felicitaba. Que se merecía un premio por ello.  Súper contenta me fui con ella en brazos y le pregunté entusiasta, "asique te portaste re bien hoy, More?", a lo cual me respondió con cara de poker: "no, mal, wuaaa". Claro, sabía perfectamente que con el padre había una historia paralela. 

Chan!! y ahora? Me preguntaba yo, en el medio de la felicitación de la maestra y el castigo del padre. Traté de entusiasmarla diciéndole que si bien estaba mal que haya hecho berrinche a la entrada, eso no le quitaba mérito a su buen comportamiento en el jardín, y que merecía un premio por dicho esfuerzo, y le di una caja de confites sugus que tenía en la guantera. Pero no se quedó convencida. (Les dije que era difícil de persuadir!) 

Mientras volvíamos en el auto me decía, como quien tienen totalmente asumida las consecuencias de sus actos, "more sillita, wuaaa a papá". A lo cual se me ocurrió contestarle que cuando llegara papá le íbamos a contar lo bien que se había portado y quizás eso ayudaba a que el castigo le fuera levantado. (Obviamente me adelanté a la situación llamando a Poton y contándole lo sucedido).

A penas llegó su príncipe (sí, la obstetra me lo advirtió el día que nació, diciéndome: "Te presento a la mujercita 26 años más joven que te va a robar el marido") fue corriendo a recibirlo y con la euforia y simpatía de la que es capaz le contó que se había portado bien en el jardín. Con toda la ternura y amor que caracteriza a su padre, éste se sentó en el piso, conversaron sobre el tema, se dieron besos y abrazos y desparramaron risas y gritos de alegría por doquier.

Y entonces? Fue efectivo el reto? Es posible que More no haga berrinche antes de entrar al jardín? Puede controlarlo o es más fuerte que ella? No lo sabemos aún. El jueves, ayer, More se despertó con mucha tos y mocos y la mamá con muchas nauseas y malestar. More se fue a la casa de la abu nora y mamá se quedó en cama, asistida hasta el mediodía por su esposito. Hoy ambas amanecieron mejor, pero no lo suficiente como para ir al jardín. Con lo cual se abrió una tregua hasta el lunes próximo!

Dios mediante en el finde sacamos y subimos fotos y videitos para que disfruten de la nieta, sobrina, ahijada... que está hecha una loca hermosa! Buen fin de semana para tod@s!!
LOS RIPOLL  JUNIOR.






2 comentarios:

  1. me encanta!!! cuñada tus relatos me hacen vivir los hechos, como si la estuviera viendo... (yo tambien hago wuaaa, por ella que no puede manejar todo lo que siente, por ustedes, que la aman por sobre todo)
    que feliz me hace ser participe de sus momentos, aunque sea a través de un blog..
    Los quiero.
    MILES DE BESOS PARA ESA PRINCESA COMPRADORA

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  2. Muy buena historia! Que buenos hijos van a criar! Así si se justifica traer mas habitantes a este planeta. Beso y buen finde. Marce F.

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